Brochas y pinceles

Se usan en repostería para pintar con agua, melaza, mantequilla fundida, colorantes o glaseado.  Su uso exige paciencia, mucha práctica y una mano firme, pero una vez dominada la técnica los pinceles resultan más cómodos que las mangas pasteleras y el resultado es mucho más elegante.

Hay una gran variedad de modelos tanto en diversas formas y tamaños como en composición, ya que hay cerdas naturales o sintéticas.

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Lo importante es que las cerdas sean finas y estén bien unidas al mango, y que sean pinceles especiales para uso culinario. Es importante lavar los pinceles con agua caliente y jabón, para evitar transmitir olores y sabores a las comidas. No pongas juntos los pinceles de repostería y los que tengas para recetas saladas.

Descubre el tipo de brochas y pinceles más adecuados para cada proyecto.

Tipos de brochas y pinceles

Pinceles redondos: Los hay de varios largos y grosores (suelen ir numerados según grosor), así que es muy importante elegir el tamaño adecuado para trabajar con ellos. Al ser tan pequeños son muy útiles para realizar tareas de gran precisión como dibujar directamente sobre el fondant, aplicar bordados en zonas pequeñas o aplicar lustre en detalles trazados con manga.

Pinceles planos: Tienen varios grosores y pueden ser de punta redonda, recta o biselada. Los primeros se emplean para dibujar puntos, los segundos para trazar cenefas, y los terceros para trabajar a mano alzada. Esta clase de pinceles son muy adecuados para la aplicación de pegamento comestible o para espolvorear superficies con azúcar lustre o colorantes en polvo. 

Pincel de agua: Es un pincel reutilizable de gran utilidad, solo lo tienes que rellenar de agua o jarabe de azúcar y presionar suavemente para pegar decoraciones pequeñas. También pueden añadirse colorantes alimentarios. Los hay de diversos tamaños, modelos y puntas.

Brochas de repostería: Pueden ser con cerdas naturales o de silicona. Las primeras, son muy suaves y se usan para superficies delicadas, como bizcochos, se lavan con agua y jabón y se usan para aplicar el glaseado o el almíbar en galletas o pasteles. Las de silicona suelen emplearse para engrasar los moldes con mantequilla o aceite y tienen un mantenimiento más sencillo. 

Para obtener los mejores resultados, invierte en un buen juego de brochas y pinceles.

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