Cronut, ¿El sustituto de los cupcakes?

Son las 6 de la mañana de un día normal en Nueva York y ya se empieza a formar una fila en la panadería de Dominique Ansel en Manhattan, faltan dos horas para que abra sus puertas y la gente espera ser uno de los privilegiados en conseguir el ansiado Cronut.

El Cronut, una mezcla entre croissant y donut es la nueva moda en repostería de Nueva York, aunque sin duda se acabará extendiendo y terminaremos sucumbiendo al placer del híbrido azucarado.

Su precio 5 $ (3,7€) no me parece excesivamente caro teniendo en cuenta que se necesitan 3 días para crear un cronut de principio a final ¿Acabaremos olvidando a nuestras queridas cupcakes?

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Después de muchos intentos, el chef francés Dominique Ansel, ha sabido juntar dos de los productos más importantes en pastelería, la masa hojaldrada del croissant pero relleno de crema y frito como los donuts. Consiste en una masa especial de croissant que primero ha sido fermentada y después frita.

Los cronuts se rebozan en azúcar, después se rellenan con una crema de vainilla de Tahití, y se terminan, nada más y nada menos que con un glaseado de rosas y pétalos de esta flor cristalizados.

Antes de conseguirlo, Ansel intentó diez diferentes recetas y aprendió a freír su creación en el aceite de semilla de uva a una temperatura no revelada aún.

El problema es que la panadería solo produce un número limitado de cronuts al día, 200 unidades en concreto, según su creador para preservar la calidad, así que se agotan en poco más de una hora.

Esto ha provocado la creación de un mercado negro del cronut, con revendedores que triplican los precios, incluso se han llegado a pagar hasta 40$ (30,20€) por probar el ansiado dulce.

Esto ha llevado a Ansel a poner limites a la cantidad de cronuts que se permite comprar a una persona, inicialmente se permitían seis pero en las ultimas semanas a disminuido a dos por persona.

Y para para el público no se aburra del invento, la pastelería planea para los próximos meses introducir nuevos sabores de jarabe de arce, limón, dulce de leche o licor.

Los imitadores del dulce no se han hecho esperar, en Washington están los “doissant”, otros híbridos donut-croissant son los CroNot, los dossants… una lista muy larga que sin duda ira en aumento en poco tiempo.

La pregunta es ¿vale la pena el sacrificio? Según los afortunados que lo han probado puede decirse que sí.

Hay quien lo califica como “un pequeño trozo de cielo”, otros dicen: “es como un Donut, pero mucho más impresionante”, para gustos están los colores y habrá que probarlo para dar un veredicto personal.

Esperemos que en muy poco tiempo salte el charco y le tengamos por aquí para dar nuestra opinión.

¡Hola, soy Ángela!

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