Scones

Un scone constituye una variedad de panecillo o bollo muy sencillo, con forma redonda y de aroma inconfundible muy utilizado en la cocina de Reino Unido, tanto en desayunos como en meriendas acompañados de té.

El Scone es originario de Escocia, donde hacen una variante frita en vez de horneada llamada girdle scones. 

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Habitualmente los scones suelen ser dulces y a menudo están rellenos de frutas, mermelada, queso o dátiles, pero existen también versiones saladas como los soda scones y los tattie scones, unos pastelitos de patata fritos. Si quieres preparar scone salados solamente tienes que quitar el azúcar de la receta.

Hay alguna recetas que usan leche para su elaboración, otras suero de leche o crema de leche, azúcar granulado o azúcar glas y por otra parte están las recetas que incluyen huevos y las que no.

Se suele servir templado y abierto por la mitad para untarlos con la clotted cream, una nata densa típica de Inglaterra o mantequilla y coronarlos con una capa de mermelada.

Aunque originariamente sea de forma redonda se comercializa también en forma de triángulos más planos para ahorrar harina. Los scones caseros pueden ser redondos, triangulares o cuadrados.

Ingredientes para unos 18 scones

  • 225g de harina
  • Una pizca de sal
  • 1/2 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1 cucharadita de cremor tártaro (o 1 sobre de levadura)
  • 25g de mantequilla fría
  • 25g de azúcar extrafino (opcional)
  • 150ml de buttermilk*
  • 2 cucharadas de leche

*Si no encuentras buttermilk en el supermercado lo puedes hacer en casa: Para una taza (0,24 l), añadimos una cucharada de vinagre o de zumo de limón en una taza de leche. Dejamos reposar 15 minutos hasta que la leche se transforme.

Elaboración

  1. Precalentamos el horno a 220ºC y enharinamos una bandeja de horno. Tamizamos la harina, el bicarbonato, el cremor tártaro y la sal en un cuenco y reservamos.
  2. Desmenuzamos la mantequilla con los dedos y la mezclamos con la mezcla de harina hasta obtener una textura similar a la del pan rallado. Añadimos el azúcar (en el caso de que se use).
  3. Hacemos un hueco en el centro de la preparación y vertemos el suero de leche. Removemos todo con un cuchillo de punta roma hasta obtener una masa ligera.
  4. Colocamos la masa sobre una superficie enharinada y la trabajamos con las manos hasta obtener una consistencia suave. Le damos forma de circulo de 1 cm de grosor aproximadamente.
  5. Con un cortador redondo de 5 cm de diámetro, cortamos entre 12 y 15 discos. Para evitar que la masa se pegue y los scones se estropeen, hay que pasar el cortador por harina antes de troquelar cada uno. La masa que nos sobre la volvemos a unir y volvemos a amasar para hacer más scones.
  6. Colocamos los scones en la bandeja enharinada y pintamos la parte superior con la leche. Introducimos en el horno de 8 a 10 minutos, hasta que suban y se doren. En el horno pueden llegar a duplicar o triplicar la altura original, así que no conviene preparar una masa demasiado gruesa.
  7. Una vez sacados del horno, los dejamos entre 10 y 15 minutos sobre una rejilla para que se enfríen. Los cortamos por la mitad horizontalmente y los rellenamos, si lo deseamos, con un poco de mantequilla y mermelada.

Si le quieres dar una apariencia brillante a los scones, píntalos con un huevo batido en vez de leche antes de introducirlos en el horno. Para darles un aspecto nevado y ligeramente crujiente, espolvorea un poco de harina en la bandeja y en los bollos (sin pintar) antes de hornearlos.

Consejo: El agente impulsor (el bicarbonato) actúa en cuanto se mezcla con el líquido. Por ello, para obtener un buen resultado, es muy importante mezclar la masa con rapidez , colocar los scones en el horno de inmediato  y consumirlos en el mismo día.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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