Clafoutis de cerezas

Diferentes sabores, texturas y colores para usarlos en todos nuestros postres, o para hacer refrescantes batidos, que cuando el calor aprieta apetece algo más fresquito. Y creo que una de las frutas más deseadas es la cereza.

Inmersos que estamos ya en el verano, seguro que no te has podido resistir a probar toda la variedad de frutas de esta estación que hay en el mercado.

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Y con las cerezas en mira, me viene a la mente un dulce muy clásico y un poco impronunciable: el clafoutis. Un postre originario de Lemosín,  Francia, donde los clafoutis tradicionales se elaboran con ingredientes muy sencillos (harina, huevos, azúcar y leche), pero que combinados de esta manera dan como resultado un dulce delicioso y crujiente.

Podemos utilizar cerezas de todo tipo: congeladas, frescas, en conservas, dulces o amargas… Yo recomiendo las frescas, que ahora es su época.

Pero aparte de las cerezas, que suele ser la opción más recurrente, en un clafoutis podemos usar otras frutas o incluso frutos rojos: arándanos, fresas, moras e incluso frambuesas. También dan muy buenos resultados las manzanas, las peras y los albaricoques, aunque claro, no son tan populares como la de cerezas.

Y como todo se puede mejorar, a la masa se le pueden añadir otros ingredientes como pieles confitadas de naranja o limón, semillas de una vaina de vainilla o algún licor que case bien, como el amaretto.

¡Disfrutad de este postre tan sencillo y a la vez tan bueno!

Raciones: 8 personas

Ingredientes

  • 500g de cerezas frescas + 1 puñado
  • 3 huevos
  • 50 g de azúcar + 1 cucharada para la base
  • 300g de leche entera
  • 1 pizca de sal
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 60g de harina
  • Azúcar glas para decorar

Elaboración

  1. Primero precalentamos el horno a 200ºC y untamos con mantequilla una fuente redonda y plana de 1 litro de capacidad.
  2. Tamizamos la harina y la reservamos en un bol.
  3. Para empezar, esparcimos la cucharada de azúcar sobre la base de la fuente.
  4. Después, picamos las cerezas y las ponemos en la fuente, el sabor será mejor si se dejan los huesos pero tendremos que avisar a los comensales para que tengan cuidado con ellos.
  5. En el bol de una amasadora, batimos los huevos con el resto del azúcar hasta obtener una mezcla ligera y cremosa. Añadimos la leche entera, la sal y el extracto de vainilla y continuamos mezclando.
  6. Seguidamente, agregamos el harina ya tamizada y removemos toda la mezcla bien para que no queden grumos. Finalizamos incorporando unas cuantas cerezas más a la mezcla.
  7. Horneamos con calor arriba y abajo entre 30-40 minutos, hasta que veamos que la masa se hincha y se dora. Una vez sacado del horno, dejamos que se enfríe y repose un poco en una rejilla.
  8. Para decorar, espolvoreamos azúcar glas y servimos caliente en la fuente con un poco de nata. Esa es la decoración habitual, pero siempre puedes añadir elementos de tú elección.

¿Que te apetece un postre fresquito? No hay problema ya que también esta muy bueno refrigerado. En verano entra muy bien acompañado de una limonada casera con un toque rosa.

Notas

Si las cerezas se deshuesan y se ponen a remojo en kirsch, se intensificará su sabor.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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