Focaccia de tomate y hierbas frescas

Recién salido del horno, este pan aderezado con hierbas aromáticas y hortalizas puede comerse solo, regado con un buen chorro de aceite de oliva o para acompañar un entrante.

En la receta que he seguido pedían levadura seca de panadería, y la verdad es que no tenía ni idea de cual necesitaba. Siempre que nos ponemos a elaborar una receta de masas fermentadas, nos encontramos con la duda de que tipo de levadura nos piden (o por lo menos eso es lo que me pasa a mi).

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Busqué información acerca de esta levadura y al final descubrí que es una levadura que suele venir en forma de gránulos en sobre, y dura mucho tiempo ya que no necesita conservarse en frío (a diferencia de la levadura seca).

La podemos encontrar en los supermercados, al lado de las levaduras químicas, bajo el nombre de: levadura de panadería. Las hay de diferentes marcas como Maizena o Royal.

Una vez tuve claro que levadura comprar, pasé al segundo ingrediente más importante para hacer esta focaccia: los tomates. Un tomate de calidad es esencial para hacer que cualquier plato triunfe. Eso elimina a todos los tomates que se compran en los supermercados, ninguno se salva.

Yo no tengo madera de jardinera, de hecho, todas las veces que he intentado plantar el jardín he fracasado y se me han muerto todas las plantas y flores que había en el. Sin embargo, el verano pasado fue la primera vez que creció en mi jardín algo comestible.

¡No podía estar más orgullosa de mi misma! A mediados de verano me compre una planta de tomates cherry, por suerte esta planta ya tenia algunas flores, que más tarde se convertirían en pequeñas joyas rojas. Finalmente pude mantener la planta con vida el tiempo suficiente para que diera fruto y poder utilizarlo en esta receta.

Sí, estos tomates cherry de la focaccia los he cultivado yo. Las hierbas frescas (compradas) proporcionan un aroma más intenso y sutil este pan. No obstante, las secas también dan buen resultado, siempre y cuando se renueven con regularidad y se utilicen con mesura.

Si no nos ha gustado el resultado, podemos cambiar totalmente el sabor de nuestra focaccia sustituyendo el romero y la albahaca por tomillo, hojas de salvia, laurel u orégano, o añadiendo a la masa un puñado de aceitunas picadas o cebollas caramelizadas.

Con esta misma cantidad que os pongo, podemos dividir la masa en cuatro o dos porciones y hacer unas focaccias individuales que deberán cocerse durante 15-20 minutos. ¡Perfecto para cuando hay invitados!

Como he mencionado, esta focaccia ha sido elaborada con mi cosecha de tomates cherry. Estos tomates cultivados en casa eran tan dulces y jugosos, como ninguno que podamos comprar por ahí. Lo acompañe de cebolla caramelizada y ajo, una pizca de romero, albahaca fresca y sal de mar gruesa.

Los sabores se equilibran perfectamente entre sí. Como esta receta es tan simple, no creo que vuelva a comprar focaccia en tienda nunca más. Y comerla con unos ingredientes frescos de casa ¡No hay comparación! 

Ingredientes

  • 7g de levadura seca de panadería
  • 1 taza de agua tibia
  • 1 cucharadita de miel
  • 2 y 1/2 tazas de harina
  • 2 cucharaditas de sal gruesa
  • 1/2 taza de aceite de oliva
  • 1/2 cebolla cortada en rodajas finas
  • 8-10 tomates cherry
  • 2 tomates roma en rodajas
  • 1 diente de ajo picado
  • 1 cucharadita de romero
  • 6 hojas de albahaca fresca

Elaboración

  1. Ponemos la levadura, el agua y la miel en un bol grande, lo mezclamos y dejamos que repose durante 10 minutos o hasta que la levadura comience a burbujear.
  2. Después añadimos la harina, la mitad del aceite de oliva y 1 cucharadita de sal. Mezclamos todos los ingredientes y colocamos la masa sobre una superficie de trabajo limpia y seca. Amasamos durante unos 5 minutos hasta que obtengamos una masa firme y homogénea.
  3. Colocamos la masa en un bol o tazón engrasado y lo cubrimos con un paño de cocina limpio o papel de film. Dejamos que leve hasta que doble su tamaño (aproximadamente 1 hora).
  4. Precalentamos el horno a 230ºC.
  5. Retiramos la masa del bol y la golpeamos con los nudillos una o dos veces para expulsar el aire. A continuación, la estiramos en una bandeja para horno que esté engrasada hasta que toque los bordes. Con el dedo, presionamos la masa para que se marquen los característicos hoyos de la focaccia.
  6. Colocamos las rodajas de tomate en la parte superior de la masa y acomodamos los tomates cherry en el conjunto. Dejamos que repose la masa otros 20 minutos.
  7. Mientras tanto, caramelizamos ligeramente la cebolla y el ajo con aproximadamente 2 cucharadas de aceite. No hagáis las rodajas de cebolla demasiado finas ya sino que en el horno pueden desaparecer. Asegúrate de que no se quemen, solo tienen que coger un tono dorado.
  8. Añadimos a la masa la cebolla, el ajo, el romero, la sal restante y rociamos con el aceite de oliva que nos queda (aproximadamente 2 cucharadas).
  9. Lo introducimos en el horno durante unos 20 minutos, hasta que la focaccia este dorada y los tomates cherry hayan “explotado”.
  10. Una vez sacado del horno, dejamos que enfríe sobre una rejilla y decoramos con hojas de albahaca fresca cortadas. Lo cortamos en trozos y servimos. Hay que consumirlo el mismo día de su elaboración.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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