Albóndigas en salsa

Unas buenas albóndigas caseras deben ser muy tiernas, que casi se deshagan en la boca; tener un tamaño lo suficientemente grande como para tener que partirlas para comerlas; pero no tan grandes que necesiten una larga cocción. Y por supuesto, tienen que tener una deliciosa salsa.

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Cuando tengo antojo de albóndigas caseras en salsa, preparo esta receta que nunca falla. Te explico como se hacen paso a paso, desde los ingredientes hasta cómo darle forma a las albóndigas para cocinarlas a la perfección. ¡Ya sabes qué cocinar mañana!

Empiezo la receta explicando los ingredientes, y el protagonista en las albóndigas es la carne picada. Lo tradicional es utilizar una mezcla de carne de ternera y cerdo (con una proporción de 2:1), pues el cerdo le va a aportar más grasa, y por lo tanto, más jugosidad.

Pero por poder, puedes usar cualquier carne picada, o mezcla de carne picada que te guste, como de pavo, cordero, pollo, etc. Incluso puedes hacerlas de pescado. Solo te recomiendo que no utilices únicamente carne magra, pues las albóndigas quedarán muy secas.

Para conseguir que las albóndigas queden muy tiernas, hay que añadir un aglutinante. En este caso voy a utilizar pan rallado empapado en leche, que va a aportar humedad y va a evitar las proteínas de la carne se contraigan y se endurezcan.

Otro truco para reblandecer las albóndigas, es no mezclar demasiado la carne. Simplemente hay que mezclarlo hasta que todos los ingredientes estén combinados.

¿Y que decir de la salsa? Una delicia. Simplemente con un sofrito de cebolla y ajo, un toque de laurel, vino blanco, y caldo de pollo, es suficiente para crear la mejor salsa del mundo.

Y ahora si, vamos con la receta.

¿Cómo hacer albóndigas en salsa?

Tiempo de preparación: 15 minutos

Tiempo de cocción: 45 minutos

Tiempo total: 60 minutos

Raciones: 4-6 personas

Ingredientes

Para las albóndigas:

  • 300 gramos de carne picada de ternera
  • 200 gramos de carne picada de cerdo
  • 1 huevo grande
  • 125 ml de leche entera
  • 45 gramos de pan rallado
  • 1/2 cebolla picada finamente
  • 2 dientes ajo picados finamente
  • 1/2 cucharaditas de sal (o al gusto)
  • Unas vueltas de pimienta negra molida
  • 1/2 cucharadita de orégano seco (opcional)
  • 1-2 cucharadas de perejil fresco picado
  • Harina, para enharinar las albóndigas
  • Aceite de oliva para freír

Para la salsa:

  • 1 cebolla grande o 2 si son pequeñas
  • 3 dientes de ajo
  • 8 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • 1 cucharadita de sal
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de harina
  • 125 ml de vino blanco
  • 250 ml de caldo de pollo

La receta y elaboración paso a paso

Empezamos con las albóndigas:

  1. Mezcla el pan rallado con la leche en un bol. En un recipiente grande, pon el resto de los ingredientes de las albóndigas, y únelos mezclándolos con un tenedor o con las manos. Con las manos es más pringoso, pero queda más homogéneo. Incorpora la mezcla de pan rallado y leche, y vuelve a mezclarlo.
  2. Coge un poco de la mezcla de carne y darle forma redonda con las manos. El tamaño debe ser aproximadamente de 3 centímetros de diámetro, aunque las puedes hacer más grandes o más pequeñas.
  3. Pasa las albóndigas por harina hasta que estén completamente cubiertas.
  4. En una sartén grande, calienta abundante aceite de oliva a fuego medio-alto para freír las albóndigas. Cuando el aceite esté caliente, fríe las albóndigas, primero por un lado, y luego por el otro, hasta que estén doradas. Después sácalas a una fuente cubierta de papel de cocina para eliminar el exceso.

Al mismo tiempo, puedes preparar la salsa de las albóndigas:

  1. En una sartén grande, calienta las 8 cucharadas de aceite de oliva (puedes utilizar el mismo aceite que has utilizado para freír las albóndigas) a fuego medio-alto.
  2. Añade la cebolla picada y deja que se sofría hasta que esté blanda, aproximadamente 15 minutos, removiéndolo de vez en cuando.
  3. Incorpora los dientes de ajo picados, y la hoja de laurel, y sofríelos durante un minuto más.
  4. Agrega la cucharadita de harina y remuévelo para que se reparta por todo el sofrito y espese. Deja que se cocine durante 1 minuto para que se tueste la harina.
  5. Vierte el vino blanco y remuévelo. Si es necesario, aumenta la temperatura para que la salsa empiece a hervir. Poco a poco, la salsa comenzará a espesar.
  6. Calienta el caldo y viértelo a la sartén, para que no se interrumpa la cocción. Salpimenta la salsa con la sal y la pimienta negra, y remuévelo.
  7. Añade las albóndigas a la sartén y deja que se cocine a fuego bajo-medio durante 20 minutos, o hasta que la salsa espese. Prueba la salsa y corrige la sal si es necesario.

Notas

Tienes dos opciones para cocinar las albóndigas: puedes asarlas en el horno, o freírlas. Al freírlas, las albóndigas quedarán más jugosas, y cogerán el sabor del aceite de oliva. Pero también tendrán más calorías.

Si quieres evitar freír las albóndigas, puedes hornearlas a 180º C durante 25 minutos, o hasta que estén cocidas. De las dos formas se formará una capa exterior crujiente que evitará que se seque el interior.

Las albóndigas que sobren puedes guardarlas (ya sea solas o en una salsa), en un recipiente tapado en el frigorífico, hasta por una semana. También puedes congelar las albóndigas una vez horneadas o fritas, siempre en un recipiente tapadas, o en una bolsa de congelación, hasta por 2 meses.

Las albóndigas congeladas pueden descongelarse en el frigorífico durante varias horas, o recalentarse directamente en una salsa a fuego lento durante 15-20 minutos.

¡Hola, soy Ángela!

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