Base de galletas para tarta de queso

Esta base de galletas es perfecta para utilizar en cualquier tarta de queso, tanto fría como al horno; es muy fácil de hacer, es deliciosa, y solo se necesitan 4 ingredientes.

La base de galletas es un clásico. Se utiliza para muchas tartas y pasteles de queso, y es una de las bases más fáciles de hacer y con la que se puede trabajar. Hacerla en casa es muy sencillo, y el resultado es muy superior a cualquier otra base comprada.

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Sigue leyendo para saber cómo preparar una base de galletas deliciosa y versátil, que te servirá para hacer un montón de tartas y postres.

CÓMO HACER UNA BASE DE GALLETAS

Para empezar, necesitarás migas de galletas. Suelo triturar las galletas con un robot de cocina, pero cuando no tenía lo hacia a mano. Introducía las galletas en una bolsa hermética, y le daba golpes con un rodillo, hasta que quedaban reducidas a migajas.

No es el método más elegante, pero sirve para descargar la presión. Porque que yo sepa, no venden galletas trituradas. La clave es que queden bien trituradas, ya que los trozos grandes pueden hacer que la base no se una bien.

La receta es una base tirando a gruesa, no lo suficiente para que sea la protagonista de la tarta, pero tampoco es tan fina que apenas se nota. Y hay suficiente cantidad como para cubrir los lados hasta arriba.

A estas migas de galleta se le añade un poco de azúcar para endulzarlo, aunque no es del todo imprescindible. Si las galletas que usas te parecen lo suficientemente dulces, omite el azúcar.

Junto con el azúcar, también se añade un poco de sal, y finalmente, la mantequilla. Con la mantequilla hay que tener cuidado, ya que hay que utilizar la cantidad suficiente para unir todas las migas; pero sin que quede una base grasienta.

Al mezclar todos los ingredientes, la textura resultante debe de ser como de arena húmeda. Y esta mezcla ya se puede transferir al molde que vas a utilizar.

Primero me gusta esparcir las migas por todo el molde uniformemente, así toda la base queda uniforme, sin que queden zonas más gruesas o más finas que otras. Y luego hay que presionar la mezcla en el fondo y los lados.

Para ello utilizo un vaso con esquinas rectas y lados rectos, o una taza medidora, y con los dedos voy moviendo la mezcla para colocarla en su lugar. La idea es que la base se ajuste perfectamente al molde.

¿Es necesario hornear la base de galletas? No es obligatorio, pero es algo que recomiendo, ya que la base queda más firme, y es menos probable que se desmorone.

Al hornear la base, la mantequilla y el azúcar se derriten y se mezclan con las migas, consiguiendo una base firme una vez que se enfría. Si no se hornea y sólo se refrigera, no se obtiene la doble acción que aporta el azúcar y la mantequilla.

Por eso, si no horneas la base, es mejor que no dejes la tarta de queso a temperatura ambiente antes de servirlo, ya que la mantequilla se derretirá y se desmoronará.

No es necesario que refrigeres la base antes de añadir el relleno, pero definitivamente debes refrigerar la tarta de queso sin hornear durante al menos 2 ó 3 horas antes de servirla, para que la base quede firme.

Si vas a hornear la base, con 8-10 minutos a 190 grados es suficiente. ¡Añade el relleno que quieras y disfruta!

Tiempo de preparación: 5 minutos

Tiempo de cocción: 10 minutos

Tiempo total: 15 minutos

Porciones: 1 molde redondo de 23 cm

Ingredientes

  • 300 gramos de galletas Digestive (o de cualquier otra variedad)
  • 65 gramos de azúcar
  • 1/8 cucharadita de sal
  • 140 gramos de mantequilla sin sal, derretida

Elaboración

  1. Tritura las galletas con un robot de cocina (o a mano) hasta que queden reducidas a migajas. Mezcla las migas de galletas, el azúcar, y la sal en un recipiente grande.
  2. Vierte la mantequilla derretida y remuévelo bien hasta que esté bien mezclado.
  3. Transfiere la mezcla al molde que vayas a utilizar y repártela uniformemente por la base y los lados.
  4. Presiona la mezcla en la base y en los lados del molde, de forma que quede una capa fina de galletas. Puedes utilizar la base de un vaso para el fondo y los dedos para los lados.
  5. Puedes hornear la base a 190 grados durante 8-10 minutos (si la tarta no necesita horneado), o refrigerarla hasta que vayas a agregar el relleno para hornearlo después.

NOTAS

Usa cualquier sabor de galleta para cambiar el sabor de la base. Incluso puedes añadir una cucharadita de canela molida a las migas de galleta para darle más sabor a la base.

El azúcar puede ser blanquilla o azúcar moreno.

Mantén la base sin hornear refrigerada hasta el momento de servir, ya que la mantequilla fría es lo que mantiene la base unida, y si se queda a temperatura ambiente y la mantequilla se ablanda, también lo hará la base.

La receta es para una base de galletas de 23 cm de diámetro.

Utiliza un robot de cocina para triturar las galletas, o introdúcelas en una bolsa zip y machácalas con un rodillo (u otro objeto contundente). Sólo asegúrate de no dejar ningún trozo grande.

Para una base sin gluten, prueba con galletas sin gluten.

¡Hola, soy Ángela!

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