Anacardos: beneficios, propiedades y cómo tomarlos
Uno de los frutos secos más servidos en bares para acompañar a una buena bebida fría. Los anacardos son unos alimentos pequeños, pero con unas propiedades nutritivas de lo más interesantes. De hecho, son de los frutos secos más saludables que existen a día de hoy.
Un alimento que proviene de la Cuenca del Amazonas y que viajó hasta la India allá por el año 1568 de la mano de los portugueses. A partir de ese momento, comenzó a extenderse por todo el mundo gracias a su sabor tan peculiar y por lo fácil que se consume, así como por lo económico que resultaba.
Lo que no se sabía por aquel entonces es que los anacardos tienen unas propiedades y beneficios para el organismo de lo más interesantes. De hecho, es muy probable que tú tampoco lo sepas, pero para eso estamos aquí. Vamos a explicarte todo eso y mucho más.
Sigue leyendo si quieres saber qué pueden hacer estos frutos secos por ti, si tienes curiosidad por cómo introducirlos en tu dieta o incluso te interesa saber cuáles son sus posibles contraindicaciones. Todo eso lo repasamos para que te quede completamente claro.
Propiedades de los anacardos
Por su forma, sabor y nutrientes, estos alimentos se han vuelto realmente recomendables para quienes quieren controlar determinados aspectos de su salud. Las propiedades de los anacardos engañan, porque este fruto es bastante más bueno de lo que parece a simple vista, o al primer bocado.
Es, sin duda, uno de los frutos secos más sanos que existen, y esa categoría se la debe a su composición nutritiva. El principal motivo tras esto es que contienen unos niveles de ácidos grasos saludables que están muy por encima de los de otros frutos secos como el cacahuete, las nueces o las pipas.
Del total de 44 gramos de grasas que podemos encontrar en 100 gramos de anacardos, 23,8 gramos son de ácidos grasos monoinsaturados y 7,85 de poliinsaturados. Es decir, 31,65 gramos son de ácidos grasos saludables, quedando los 12 restantes en manos de las grasas no saludables, o saturadas. Si te fijas, son números que se acerca un poco al ratio 1:2:1 de grasas que recomiendan los nutricionistas en la relación de ácidos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados.
Aun así, hay que decir que muchas de sus buenas propiedades se pierden cuando se fríen. Y es que en muchos lugares se preparan primero cociéndose al vapor, para eliminar cualquier compuesto irritante procedente de sus cáscaras, y friendo posteriormente para hacerlos más crujientes y dotarlos de más sabor.
Si se omite ese último paso es como mejor se disfruta de las propiedades positivas de este fruto seco. Puede que 100 gramos tengan más de 400 kilocalorías, pero es que también ofrecen un total de más de 14 gramos de proteínas, ideales para los tejidos del organismo; 30 gramos de hidratos de carbono y 3 gramos de fibra.
Además de eso, otro aspecto sumamente interesante es la riqueza mineral del anacardo. En este abundan tanto el magnesio como el cobre, dos elementos que suelen escasear bastante en las dietas habituales. Gracias a estos dos se aumenta la producción de glóbulos rojos, se mejora el sistema circulatorio y también los sistemas tanto nervioso como el entramado óseo y muscular, esto último gracias al magnesio.
No exageramos si decimos que una pequeña porción de anacardos cubre cerca del 30% diario necesario de cobre y de magnesio para el cuerpo. Una muy buena cifra que hace de este alimento algo realmente interesante para cubrir esa faceta tan descuidada en las dietas.
Beneficios de comer anacardos
Todas las propiedades que hemos explicado hasta el momento derivan en algo muy importante, que no son otra cosa más que los beneficios de comer anacardos. Existen muchas razones por las que es bueno tomar este fruto seco tan pequeño y sabroso, y aquí te vamos a explicar las más importantes.
Sigue leyendo si quieres conocer las bondades que tiene y lo que puede hacer por tu organismo. Su alto valor nutritivo los convierte en un alimento ideal para cualquier dieta, pero eso es algo que te va a quedar mucho más claro a continuación:
- Tienen un potente efecto antiinflamatorio: tanto sus compuestos fenólicos como su alta capacidad antioxidante hacen que los anacardos sean ideales como alimentos antiinflamatorios. Al reducir la inflamación, reducen la probabilidad de sufrir problemas cardiovasculares y también toda clase de patologías metabólicas.
- Mejora del sistema circulatorio: gracias al cobre y el hierro que hay presentes en los anacardos, la formación de glóbulos rojos es más fácil para el organismo, permitiendo que el sistema circulatorio funcione mucho mejor.
- Combaten el colesterol “malo”: las grasas no saturadas de los anacardos evitan que el colesterol LDL se adhiera a las paredes de los vasos sanguíneos y, además, la vitamina E presente en este alimento también ayuda a evitar la formación de placas en las arterias.
- Protegen y fortalecen la dentadura: varios de los ácidos presentes en los anacardos son perfectos para eliminar las bacterias que se depositan en nuestros dientes. Protegen de las caries y también reducen la formación de sarro.
- Ayudan en la salud ocular: los responsables de que los anacardos sean tan buenos para la vista son la luteína y la zeaxantina. Estos antioxidantes, además de ayudar en todo lo relacionado con los radicales libres, también protegen los ojos de los rayos solares, evitando la aparición de enfermedades como las cataratas o incluso la ceguera.
- Perfectos para un mejor embarazo: imagina tener un complejo multivitamínico 100% natural a mano. Eso es lo que te ofrece el anacardo. Desde las vitaminas B, C, D, E y K hasta muchos minerales diferentes. Todos esos nutrientes son ideales para la formación y evolución del feto, pero también para la salud de la madre.
Estos son los principales motivos por los que es buena idea incluir anacardos como snack en determinados días de la semana, sobre todo si estás siguiendo una dieta estricta. Aun así, también es bueno saber que existen ciertas contraindicaciones a tener en cuenta. No son un alimento perfecto, sobre todo por la cáscara que los suele envolver, como también por las reacciones que pueden causar en algunas personas.
Contraindicaciones
La ingesta diaria de anacardos es bastante positiva, pero el consumo en exceso puede traer problemas. Comer demasiadas cantidades de este fruto seco puede traer serios problemas a quienes tengan alguna enfermedad del estómago, debido a los ácidos que contiene.
También es importantísimo saber si se es alérgico al anacardo, en cuyo caso se debe erradicar por completo de la dieta para evitar cualquier problema. Más allá de eso, se recomienda alejarlos de los niños pequeños, aunque curiosamente sean buenos para las mujeres embarazadas.
El gran enemigo de la salud en el anacardo es su cáscara. Aunque lo habitual es que esta se quite y que se hierva el fruto para erradicar cualquier rastro de esta, es altamente irritante y tóxica, por eso jamás se deben comer anacardos crudos y sin haber sido tratados previamente.
De nuevo, hemos de insistir en que comer anacardos en exceso puede ser peligroso. De hecho, se han registrado casos en los que ha llegado a ser mortal, aunque han sido un rara avis debido a la ingesta realmente exagerada de este fruto seco.
¿Cómo tomar anacardos?
Como ya habrás adivinado, la respuesta a la pregunta sobre cómo tomar anacardos comienza por eliminar su cáscara y hervirlos para borrar cualquier sustancia procedente de esta. Este proceso es fundamental y absolutamente necesario si no se quieren tener problemas a la hora de comer, ni notar sabores extraños por las sustancias de la cáscara.
Ahora bien, a partir de ahí es cuando comienzan a abrirse las posibilidades en la cocina. Lo más habitual es que se frían un poco para darles una textura mucho más crujiente y sabrosa, sirviéndose sueltos y comiéndose directamente, como cualquier snack habitual.
Aun así, se pueden utilizar como parte de una guarnición o como añadido a cualquier plato de carne o ensalada. Los anacardos encajan bastante bien con la pimienta, el jengibre, el cardamomo y hasta el coco, por lo que se puede jugar bastante bien con esos sabores a la hora de servirlos en plato. De hecho, en las cocinas orientales se utilizan con muchísima frecuencia.
Así, ya puedes hacerte una idea de las recetas en las que pueden aparecer. Los anacardos se pueden servir acompañando al cuscús o al arroz basmati, incluso son muy buenos para dar más sabor y propiedades saludables a un salteado de espinacas con ajo. Explorar sus posibilidades con todo tipo de hortaliza es una idea que te recomendamos si quieres experimentar un poco y descubrir buenos y nuevos sabores.
Puede que sea un fruto seco y que lo primero que pienses sea en coger un puñado y comértelo como te comerías unos kikos; pero estarías desaprovechando todas sus posibilidades. Si eres una amante de las ensaladas, no dudes en probar también, verás lo bien que encajan los anacardos con ellas.