Cómo pelar tomates

Llega un momento en la vida de todo cocinero en el que te enfrentas a una receta que requiere que los tomates sean pelados. Sería tentador ignorar este paso, pues parece inútil, oneroso y requiere mucho tiempo; pero si quieres que tu salsa o crema de tomate quede suave como la seda, tienes que hacerlo si o si.

Es cierto que la piel del tomate también contiene vitaminas, minerales y sabor, entonces ¿por qué pelar un tomate? Cuando la piel del tomate se cocina lentamente en un líquido o salsa, tiende a separarse de la suave carne y volverse dura, fibrosa y poco apetecible para presentarla en una salsa, crema o sopa. Además, las semillas y la pulpa pueden añadir más agua de la necesaria a un plato.

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Afortunadamente, pelar tomates no es tan difícil como puede parecer al ver esa piel tan delgada y esa carne tan tierna. Aquí tienes 4 métodos diferentes que puedes utilizar para pelarlos rápida y fácilmente.

¿Cómo pelar tomates fácilmente?

Escaldarlos

Escaldar tomates es muy útil cuando tienes que pelar una gran cantidad de tomates. Puedes escaldar 4-5 tomates a la vez utilizando este método.

Pon una olla grande con agua a hervir. Mientras tanto, retira los tallos de los tomates, y con un cuchillo traza una X poco profunda en la base del tomate; esto te da un punto de acceso fácil para arrancar la piel más tarde. Vierte agua en un recipiente y añade hielo. Coloca este recipiente al lado de la olla.

Una vez que rompa a hervir, incorpora los tomates en el agua hirviendo. Si son muchos, hazlos en varias veces. Deja que hiervan hasta que veas que la X comienza a abrirse, o durante 25 segundos, lo que ocurra primero. No los dejes hirviendo por más de 25-30 segundos o comenzarán a ablandarse y a cocinarse.

Saca los tomates del agua hirviendo inmediatamente, y sumérgelos en el recipiente de agua helada para detener la cocción. Una vez fríos, transfiere los tomates a una tabla de cortar. Comienza a pelarlos por la X, tirando suavemente de la piel hacia atrás.

De esta forma se desprende muy poca carne con la piel. Si se desprendiera mucha carne, o el tomate pareciera blando, lo has cocinado demasiado tiempo.

Asarlos

Enciende el horno y coloca la rejilla a unos 15 cm por debajo de la resistencia de arriba. Corta los tomates por la mitad, retira los tallos y colócalos cortados hacia abajo en una bandeja para el horno.

Asa los tomates hasta que la piel esté ennegrecida y los tomates huelan a carne asada, de 12 a 15 minutos. Revísalos cada cinco minutos hasta que estén hechos.

Deja que los tomates se enfríen lo suficiente para poder manipularlos, y a continuación retira la piel. Este método añade un sabor ahumado muy agradable al plato.

Congelarlos

Coloca todos los tomates en una bolsa de congelar y congélalos hasta que estén sólidos (los tomates también se pueden conservar hasta tres meses de esta manera). Puedes retirar los tallos antes o después de la congelación.

Cuando necesites utilizarlos, saca los tomates del congelador y déjalos descongelar de 10 a 15 minutos en la encimera. Utiliza un cuchillo para retirar la piel, que saldrá fácilmente.

Pelarlos con un cuchillo

Este es el método que menos me gusta para pelar tomates, porque puedes acabar eliminando una buena parte de carne con la piel, no importa lo bueno que seas con un cuchillo. Sin embargo, es el único método que no implica calentar los tomates. Lo incluyo para que tengas todas las opciones.

Lava los tomates y sécalos con papel de cocina. Corta los tomates en rodajas grandes. Trabaja un trozo a la vez. Coloca una cuña en una tabla para cortar, con el lado de las semillas hacia arriba y el lado de la piel hacia abajo. Presiona firmemente el trozo de tomate contra la tabla para mantenerla estable.

Con un cuchillo afilado, comenzando en una punta de la cuña, corta la piel de un extremo a otro. Mantén el cuchillo tan cerca de la piel como sea posible, de modo que sólo cortes la piel, no la carne del tomate.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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