Bechamel sin mantequilla
La salsa bechamel es una de las primeras salsas básicas que la mayoría de las personas aprenden a hacer cuando empiezan a cocinar. Es una base que se utiliza para muchas otras salsas, y da vida a una gran variedad de platos diferentes.
Es definitivamente una de las salsas más importantes que debes aprender a hacer. Solo necesitas 3 ingredientes: mantequilla, harina y leche.
¿Pero qué pasa si te quedas sin mantequilla o te olvidas de comprarla? Esto me ha pasado con demasiada frecuencia, así que hoy os voy a enseñar cómo hacer una salsa bechamel sin mantequilla.
Solo tienes que sustituir una grasa por otra grasa. En este caso voy a utilizar un ingrediente que casi todo el mundo tiene siempre en la cocina: aceite de oliva.
Sí, puedes hacer una salsa bechamel sedosa, suave, espesa y cremosa con aceite de oliva, y no tienes que renunciar a su delicado sabor. ¡Es así de simple!
PROPORCIONES PARA HACER SALSA BECHAMEL
La proporción básica para hacer una salsa bechamel clásica es de 1:1 grasa y harina. Coge una grasa como la mantequilla o el aceite y utiliza la misma cantidad de harina para formar una pasta espesa.
Esta receta utiliza 1 cucharada de aceite de oliva y 1 cucharada de harina, que espesará aproximadamente medio litro de leche.
Puedes ajustar la cantidad de leche para conseguir una salsa más espesa o más fina añadiendo más o menos a tu gusto. Y añadir queso para darle más sabor todavía.
Esta salsa la puedes utilizar en tus platos de lasaña, canelones o pasta con queso, verduras gratinadas, en cualquier soufflé salado, e incluso en el famoso sandwich Croque Madame.
Tiempo de preparación: 2 minutos
Tiempo de cocción: 10 minutos
Tiempo total: 12 minutos
Porciones: 2 tazas
Ingredientes
- 1 cucharada de aceite de oliva
- 1 cucharada de harina
- 500 ml de leche entera caliente
- 1/2 cucharadita de nuez moscada molida
- Sal y pimienta negra molida, al gusto
- 1 cucharada de queso parmesano rallado (opcional)
Elaboración
- Vierte el aceite de oliva en una cazuela o cazo, y caliéntalo a fuego medio durante un par de segundos antes de añadir la harina. Una vez añadida la harina, mézclalo con unas varillas hasta formar una pasta uniforme.
- Deja cocer esta pasta durante 1 minuto para que la harina se dore y no tenga un sabor harinoso en la salsa.
- Vierte un poco de leche y empieza a removerlo para eliminar los grumos. Añade más leche y continua mezclándolo hasta que hayas terminado toda la leche.
- Continua calentando la salsa mientras la remueves hasta que esté semi espesa (o con la consistencia que necesitas). Una vez que tenga la consistencia deseada, retíralo del fuego y añade nuez moscada, sal y pimienta negra. El queso también se agrega en este punto si lo vas a utilizar.
- Remuévelo bien y prueba la bechamel para ver si hay que rectificar los condimentos. Si la salsa se espesa demasiado, añade otro chorrito de leche y remuévelo bien.
Notas
El mejor queso para agregar a la salsa bechamel es cualquier variedad que se derrita bien, como el parmesano, gruyere, fontina o cheddar
Valor nutricional: Calorías: 400 kcal (sin queso), 700 kcal (con queso).