Leche frita casera

En China, se llama zha xian nai o chow lai; en la India, gulab jamun; en Estados Unidos, fried milk y en Italia, latte dolce fritto o crema fritta. Traducido, todos significan lo mismo: leche frita.

No, no se trata de un nuevo plato creado por los chefs modernos, sino de un postre centenario de nuestro país, con variaciones por todo el mundo. A todos nos encanta la comida frita, y la leche, así que ¿por qué no freír la leche?

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La receta es típica sobre todo en el norte, muy conocida en mi tierruca, donde hay innumerables variantes de este dulce.

Creo que en cada casa hacen la leche frita de una manera y esto se pasa a las demás generaciones. Al final nos gusta la receta que hace nuestra madre, que no es exactamente la misma que la de nuestra vecina.

Los nombres pueden ser exóticos, pero la mayoría de las versiones de leche frita son esencialmente las mismas. La leche, o alguna forma de leche, se convierte en una natilla espesa con la ayuda de harina, maicena y huevos.

La crema resultante se reboza o empana y se fríe. El resultado es un postre delicado y crujiente con un interior suave y cremoso que se derrite en la boca, y un exterior crujiente.

No se conoce exactamente su origen, lo que si sabemos bien es el éxito que tienen siempre. Es uno de los postres que más me demandan, y cada vez que lo hago vuela, literalmente.

Es muy sencillo hacer leche frita casera, solamente hace falta dar con el espesor exacto para que la consistencia de la masa no esté ni como una piedra ni líquido y se nos escurra.

Raciones: 4-6 personas

Ingredientes

  • 500ml de leche entera
  • 6 huevos
  • 60 gramos de harina para todo uso
  • 60 gramos de Maizena (harina de maíz)
  • 120 gramos de azúcar
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla
  • 1 rama de canela
  • Aceite de girasol u oliva para freír
  • Huevo + harina para el rebozado
  • Azúcar glas para decorar (opcional)

Elaboración

  1. En una cazuela amplia pon la leche a hervir con la rama de canela. En cuanto rompa a hervir, baja la temperatura para que no se desborde, y deja que cueza a fuego lento.
  2. En un bol aparte, mezcla los huevos, el azúcar y el extracto de vainilla. Agrega la harina y la harina de maíz tamizadas a esta mezcla. Remuévelo todo para que se mezclen bien los ingredientes.
  3. Añade esta mezcla a la leche caliente, sin dejar de remover, y para evitar que se pegue, deja que cueza a fuego medio durante 5 minutos o hasta que espese. No te olvides de retirar la rama de canela antes de que espese.
  4. Tiene que quedar una crema muy espesa, si ves que mezcla todavía está líquida, añádele poco a poco más Maizena tamizada bien diluida en leche fría (sin grumos). Para asegurarte de que no tiene grumos, lo mejor es colar la mezcla por un colador.
  5. Engrasa una fuente grande y vierte la mezcla uniformemente, alisando la superficie con una espátula. Aproximadamente deberá tener un espesor de 2 cm, así que elige bien la fuente.
  6. Deja que repose en la nevera para que enfríe y sea más fácil de manejar. Una vez fría, corta las porciones en forma de rectángulo o cuadrado con un cuchillo, (suelen ser de unos 5-7cm).
  7. Pon una sartén al fuego con abundante aceite y caliéntalo hasta los 180°C, o hasta que un trocito de pan se dore en 30 segundos.
  8. Mientras tanto reboza cada porción primero en harina y luego en huevo batido, y fríelo en el aceite caliente.
  9. Usando una cuchara con ranuras, dale la vuelta a la leche frita de vez en cuando para asegurar una cocción uniforme y evitar que se peguen al fondo. Continua la fritura hasta que estén dorados por las dos caras.
  10. Saca la leche frita sobre un plato con papel absorbente para escurrir bien el aceite y que no queden grasientas. Después, añade azúcar glas por encima para decorar.

NOTAS

Para decorar también puedes añadir canela molida, una bola de helado, o sirope.

La leche frita se puede comer caliente, templada o fría, para desayunar, merendar o de postre.

Si sobra leche frita la puedes guardar en el frigorífico en un recipiente tapado, pero siempre sin rebozar, eso se hace cuando lo vayas a servir.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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