Solomillo Wellington de cerdo

Si buscas un plato que impresione a todos tus comensales por su increíble sabor y presentación, elige solomillo Wellington. Es un clásico en las cenas de Navidad y las ocasiones especiales, pero también puedes hacerlo cualquier día normal para sorprender a tu familia.

Esta receta se hace tradicionalmente con solomillo de ternera, el corte más noble y tierno de vacuno, pero en esta ocasión vamos a utilizar un solomillo de cerdo, que es una pieza un poco más asequible.

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El resto de la elaboración es igual, el solomillo entero se marca unos minutos al fuego para sellarlo, se unta con mostaza, y se envuelve en una capa de farsa, otra de jamón, y por último, todo se envuelve en hojaldre. En el horno se termina de cocinar, consiguiendo una carne perfectamente hecha, y un hojaldre crujiente y dorado.

El resultado es un plato jugoso, sabroso y con una estética espectacular, que en realidad es muy fácil de preparar. El solomillo Wellington de cerdo es perfecto para compartir con amigos o familiares, y es un excelente plato principal.

4 CLAVES PARA QUE EL SOLOMILLO WELLINGTON DE CERDO SALGA PERFECTO

La primera es sellar el solomillo antes de envolverlo, hay que hacerlo a fuego vivo para que los jugos de dentro no se salgan. Y luego se deja enfriar antes de untarlo con la mostaza de Dijon, porque todos sabemos lo maravilloso que es el cerdo y la mostaza juntos.

La segunda es disponer la capa de jamón correctamente, que debe estar entre el hojaldre y la farsa. Esta capa, además de aportar mucho sabor, va a hacer de impermeable, impidiendo que los jugos de la carne y de la farsa entren en contacto con el hojaldre, ya que se humedecería y no quedaría crujiente, como debe estar.

La tercera clave es envolverlo bien, darle una capa de brillo con el huevo batido, y hacer unos cortes para que el vapor generado pueda escapar. Sino, el vapor humedecerá el hojaldre, y no conseguiremos la textura que queremos.

Y la cuarta es la cocción en el horno. Es quizás la parte que más intimida de todas, pues hasta que no cortas el Wellington no sabes si la carne está bien hecha, o se ha quedado cruda o pasada de cocción.

Si utilizas un termómetro para carne, seguro que obtendrás resultados perfectos, pues puedes saber en todo momento cómo va de cocción. La temperatura interna del solomillo debe estar entre 63 y 71 grados, dependiendo de como de hecho te guste.

Recuerda que la cocción continuará después de haberlo sacado del horno, así que es recomendable no llegar hasta la temperatura que deseas, ya que la temperatura interna seguirá aumentando mientras la carne está en reposo.

Un plato excepcional que gustará a toda la familia. Vamos a ver cómo se prepara.

Tiempo de preparación: 20 minutos

Tiempo de cocción: 40 minutos

Tiempo total: 1 hora

Raciones: 4 personas

Ingredientes

  • 700 gramos de solomillo de cerdo
  • Sal, pimienta negra y tomillo seco, al gusto
  • 1 cucharada de aceite de oliva
  • 1 cucharada de mantequilla
  • 225 gramos de champiñones troceados
  • 1 chalota finamente picada
  • 1 hoja de masa de hojaldre rectangular, a temperatura ambiente
  • 115 gramos de jamón serrano en lonchas finas
  • 1 cucharada de mostaza de Dijon
  • 1 huevo batido

Elaboración

  1. Precalienta el horno a 220ºC (sin ventilador) con calor arriba y abajo.
  2. Seca el solomillo de cerdo y sazónalo con sal, pimienta negra y tomillo seco por todos los lados. Resérvalo.
  3. En una sartén grande a fuego alto, derrite la mantequilla con el aceite de oliva, y sella el solomillo de cerdo por toda la superficie, cocinándolo un par de minutos por cada lado aproximadamente. Retíralo de la sartén y deja que repose.
  4. En la misma sartén a fuego medio, sofríe los champiñones con la chalota para hacer la farsa, removiéndolo ocasionalmente, hasta que estén pochados, unos 5-10 minutos. Retira la mezcla de la sartén y resérvala.
  5. Extiende la masa de hojaldre sobre una superficie limpia y plana, y si es necesario, estírala un poco con el rodillo para que sea lo suficientemente ancha y larga como para envolver por completo el solomillo.
  6. Dispón las lonchas de jamón superpuestas cubriendo toda la superficie, pero dejando un espacio libre en los laterales para poder sellar el hojaldre. La idea es que haya una fina capa de jamón entre el hojaldre y el solomillo.
  7. Esparce la mezcla de champiñones y chalotas sobre el jamón en una sola capa. Unta el solomillo con la mostaza de Dijon por toda la superficie.
  8. Coloca el solomillo en el centro de las capas y envuélvelo con el hojaldre, como si fuese un paquete. Para que el hojaldre se quede pegado, puedes untarlo con huevo batido.
  9. Pon el Wellington sobre una bandeja de horno forrada con papel de horno, con el lado de la costura hacia abajo. Cepilla la masa con el resto del huevo batido, y haz unos cortes superficiales por la superficie para que pueda liberar el vapor.
  10. Introduce el solomillo en el horno durante 20-30 minutos. Comprueba la temperatura interna del solomillo pinchando un termómetro de carne en el centro, y retíralo del horno cuando la temperatura alcance los 63ºC (al punto) o los 71ºC (medio hecho).
  11. Deja que el Wellington repose unos 5 minutos en la tabla de cortar antes de cortarlo en rodajas y servirlo.

NOTAS

Es importante que la lámina de hojaldre refrigerada esté unos minutos a temperatura ambiente antes de desenrollarla, ya que sino se puede romper. Y por supuesto, si está congelada, hay que descongelarla previamente.

Se denomina farsa o duxelle a la mezcla de champiñones y chalotas.

¡Hola, soy Ángela!

Aquí tienes mis aventuras culinarias. Con ingredientes sencillos y frescos, transformándolos en platos elegantes y sabrosos para disfrutar de la cocina cada día.

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